lunes, 28 de noviembre de 2011

Sexualidad y envejecimiento

En esta práctica hemos hablado sobre la sexualidad en el anciano.
La sexualidad puede ser definida como una "expresión psicológica de emociones y compromisos, que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, de amor, de compartir placer con o sin coito".
La sexualidad incluye todas las formas de expresión, desde la aproximación, el tacto, la intimidad emocional, la compañía, la masturbación y no solamente el coito. Es una parte importante y siempre posible entre el hombre y la mujer, que en la vejez debe continuar siendo una fuente de placer y no una fuente de inquietud y frustración.
Por otra parte, hay que diferenciar entre la frigidez, que es la ausencia de placer en las relaciones sexuales por parte de la mujer, y la impotencia hace referencia al mismo problema pero en los varones.
A continuación, hemos comentado las siguientes preguntas:

1. ¿Qué cambios pueden producirse con el envejecimiento en la fisiología de la sexualidad?
En el caso de los hombres, los cambios más frecuentes son:
  • Disminución de la producción de espermatozoides.
  • Disminución del tamaño testicular.
  • Disminución de la viscosidad del fluido seminal.
  • Disminución de la fuerza de las contracciones de la próstata.
  • Respuesta a la excitación más lenta.
  • Erección menos firme.
  • Ausencia de eliminación de líquido preeyaculatorio.
  • Orgasmos de duración disminuida.
  • Aumento del tiempo en volver al estado previo a la estimulación.
En el caso de las mujeres:
  • Cambios en la vagina, que puede acortarse y estrecharse.
  • Las paredes vaginales pueden volverse más delgadas y un poco más rígidas, perdiendo elasticidad.
  • Disminución de la lubricación vaginal.
  • Respuesta más lenta a la excitación.
  • Sequedad y picor en vagina y labios.
  • Dispareunia o dolor durante el coito.
  • Disminución de la duración y el número de orgasmos, aunque la capacidad multiorgásmica está conservada.

2. Estos cambios que se producen con el envejecimiento, ¿justifican siempre que se produzca una disminución del interés sexual?

No hay pruebas de que el proceso de envejecimiento por sí mismo determine una disminución del interés sexual. Parece que lo que se produce con el envejecimiento es, más bien, un cambio en la forma de experimentar y disfrutar del sexo. A pesar de que fisiológicamente no está justificada la pérdida de interés sexual en la vejez, existen factores asociados al envejecimiento (factores fisiológicos -determinadas enfermedades y factores psicológicos- estereotipos, falsas creencias, miedos, falta de información) que pueden obstaculizar el adecuado disfrute de la sexualidad en esta etapa de la vida. Es importante tener en cuenta que el cambio en la vida adulta no es universal (hay muchas diferencias entre personas), no es unidimensional (cada capacidad o función evoluciona de diferente manera), no es unidireccional (hay capacidades que involucionan, pero otras se mantienen e incluso mejoran) y no es necesariamente irreversible (hay aspectos y dimensiones que se pueden mejorar). Estas consideraciones son perfectamente aplicables a la experiencia sexual en la vejez.

3. ¿Cuáles son los problemas de salud o las enfermedades que pueden obstaculizar la sexualidad?
Entre las enfermedades o problemas de salud que pueden hacer más difícil la realización
y/o el disfrute del acto sexual son, entre otras: artritis, dolor crónico, diabetes, problemas cardiacos, incontinencia, accidentes cerebrovasculares, e incluso déficit de la vitamina B12. También es importante conocer que muchos fármacos tienen efectos secundarios que pueden influir en en la función sexual.

4. ¿La menopausia se asocia a una disminución del interés sexual?
La menopausia por sí misma no parece tener un efecto negativo mayor sobre el interés sexual. Contrariamente al estereotipo, muchas mujeres postmenopáusicas experimentan un aumento del interés por la actividad sexual, lo cual puede deberse a múltiples razones tanto de tipo fisiológico como psicológico .

5. ¿Es la impotencia una consecuencia inevitable del envejecimiento?
No, ya que la impotencia puede estar asociada a determinadas enfermedades como las de tipo vascular, que pueden contribuir a disminuir la capacidad para mantener un volumen adecuado de sangre dentro del pene y así, se más difícil para el hombre mantener la erección.
En una gran parte de los casos, la impotencia es causada y mantenida por factores psicológicos mientras que, sin embargo, las impotencias de tipo orgánico son las menos frecuentes, y con frecuencia se puede manejar e incluso, curar.

6. ¿Qué factores psicológicos pueden obstaculizar el disfrute de una adecuada sexualidad en la vejez?
La sexualidad implica aspectos emocionales y físicos. Algunos de los factores psicológicos que pueden interferir con un adecuado disfrute de las relaciones sexuales en la vejez son los siguientes:
El temor de los hombres a que la impotencia se convierta en un problema más común a medida que van envejeciendo. La excesiva preocupación por la posibilidad de volverse impotente, puede causar un estrés suficiente para producir problemas de erección. O tal vez, al pensar que la impotencia es algo "normal" en la etapa de la vida en la que se encuentra, es improbable que la persona se plantee posibilidad de solucionar el problema o busque algún tipo de ayuda.
A algunas mujeres, los cambios físicos normales como el cuerpo menos firme o las arrugas pueden hacerles sentir que son menos atractivas para el sexo opuesto, y pueden vacilar antes de expresar su interés sexual.
El mantener estándares y metas de belleza física juvenil puede interferir con la forma de disfrutar del sexo tanto de hombres como de mujeres, aunque es probable que esto ocurra de forma especial en el caso de las mujeres puesto que en nuestra sociedad la presión social para cumplir metas de belleza física se ha ejercido y se ejerce (si bien las cosas están cambiando en los últimos años) de manera especialmente intensa con las mujeres.
Atribuir cualquier problema que pueda surgir en las relaciones sexuales al hecho de que "uno es ya mayor", lo cual es una causa interna, estable y global que favorece la indefensión o percepción de falta de control respecto a los factores que causan o mantienen el problema. Esto, a su vez, favorece que la persona no haga esfuerzos por buscar soluciones. Al contrario, conocer los posibles factores que pueden estar influyendo en el surgimiento y mantenimiento de una disfunción es esencial para poder identificar la causa del problema y encontrar soluciones adecuadas al mismo.
7. ¿Cómo se puede ayudar a las personas mayores a disfrutar más de su sexualidad?
  • Primero, hay que concienciarse de que las personas mayores son sexualmente activas y acabar con las falsas creencias sobre la sexualidad en personas mayores.
  • Normalizar el tema de la sexualidad, luchando contra obstáculos que impiden o dificultan a las personas mayores el hablar sobre el tema, favoreciendo la comunicación e intercambio de opiniones. Es importante no crear exigencias que contradigan las creencias de las personas mayores.
  • Proporcionar información a las personas mayores.
  • Facilitar que las personas mayores se reconcilien con su figura corporal y acepten los cambios que supone el proceso de envejecimiento.
  • Potenciar una visión de la sexualidad creativa, menos coital, que reconozca el valor como potenciales fuente de placer de otros tipos de actividades.
  • Favorecer la creación de redes sociales adecuadas para las personas mayores, que les permitan satisfacer sus necesidades de afecto e intimidad en los casos en que haya bajo apoyo social o situaciones de soledad por viudedad, separaciones, etc.
  • Intervenir en aquéllas áreas o problemas como las ya tratadas u otras como las relaciones de pareja, el estado de salud o el estrés y la depresión, que afectan de forma significativa a las relaciones sexuales.
  • Promocionar la salud a través del mantenimiento de hábitos de vida saludables, realización de ejercicio físico, buena alimentación con el objetivo de mantener un buen estado físico y mental.
MITOS DE LA VEJEZ RELACIONADOS CON LA SEXUALIDAD:
"La vejez se asocia inevitablemente a declive del interés sexual"
"La menopausia disminuye el interés sexual"
"Es indecente , de mal gusto, que las personas mayores tengan intereses sexuales"
"La sexualidad es cosa de jóvenes"
"El sexo es, básicamente, el coito; otro tipo de relaciones sexuales son extrañas o inadecuadas"
"La actividad sexual en la vejez es mala para la salud, debilita a las personas"
"Las personas mayores ya no necesitan tanto como los jóvenes el mantener relaciones sexuales"

María González Cano

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